sábado, 28 de marzo de 2015

Un día sin rabietas

Después de más de tres meses de rabietas diarias, de entre dos a seis, de tirarse a la suelo, patalear, chillar, gritar, llorar, pegar, arañar,... y una larga lista que muchas ya conocéis. He conseguido un día sin ninguna rabieta. (Debo confesar que me ayudó un montón leer varios blogs de otras madres en las que cuentan sus experiencias y consejos.)

Nos levantamos sin prisa, desayunamos sin prisa, cambiamos la ropa y el pañal sin prisa, y después se fue a la guardería (dos horitas, aún sigue con la adaptación). En esas dos horas (con viajes incluídos) fuimos al Carrefour, al Lidl, al Sprinter, al C&A y al Mercadona, ¡todo un logro! ¿Cuántas cosas se pueden hacer en dos horas con coche y sin bebé?
Recogida, comer y dormir. Después salida por la tarde. Decidimos llevarlo a un cuentacuentos infantil. Con anterioridad, fuimos a dos parques. Conseguimos distraerlo entre ver el tren y ver un libro. Durante el cuentacuentos se portó de maravilla, de vez en cuando miraba para la chica y en otras ocasiones miraba para dos libros que había escogido con anterioridad. Después fuimos a otro parque, encontró el coche de un niño, no quería dejarlo, conseguí que lo dejara con el Pocoyó de la tablet, y a este con la mitad de una galleta, cuando se acabó la galleta no hubo más. Estaba contento, llegamos a casa a tiempo para que el sueño o el hambre no hiciera efecto.

Mis pequeños consejos:
-Distraerlo para que no comience una rabieta.
-No molestarlo porque sí.
-Tener cuidado con el hambre, sueño y aburrimiento.
-Tener energía positiva y mucha paciencia.
-Razonar con él

miércoles, 25 de marzo de 2015

Cosas que me pasan con mis padres

Esta tarde mi madre me ha dicho:
(Estábamos hablando sobre un bizcocho que me salió con becerra y ella me decía que no)
-Madre: La becerra es más blanda que la leche frita.
-Yo: La becerra queda con aspecto de turrón blando, que es como está.
-M: ¿Tú eres tonta? -elevando la voz
-Y:No, no lo soy.
-M: Pues yo se más que tú porque tengo más años y experiencia, así que tú eres ¡TONTA! -me escupió verbalmente.

Y hace como una semana...
-Padre: Por tu cumpleaños, te vamos a regalar ropa. Así que te vamos a comprar algo que te pongas a diario pero tiene que sera algo que a nosotros nos guste, tú no puedes elegir. Porque siempre vas como una pordiosera.
-Yo: ¡Voy cómoda! Con mis vaqueros, mis camisetas, mis sudaderas y mis tenis.
-Madre: Pues ¡eso! ¡Vas siempre como una pordiosera!

Empezando la guardería

Después de estar vacilando durante varios días, incluso diría que semanas. Hemos decidido que Peque comenzase la guardería.

Cada vez tenía más paciencia, me enfadada con más facilidad, estaba desfallecida, amargada,... Y Peque tres cuartos de lo mismo, cada vez más rabietas, explotaba con más facilidad, hacia lo que le daba gana y yo ya no le ponía impedimentos ni le reñía. La mesa, sofá, paredes, suelo, muebles, y varias cosas rotas son testigos.

Dormíamos juntos, comíamos juntos, nos duchábamos juntos, íbamos al baño juntos, paseábamos juntos, nos enfadábamos juntos, nos tirábamos al suelo juntos, jugábamos juntos,... Creo que ya lo vais entendiendo.

Pues ya había mirado hacía varias meses las guarderías para que empezasen en septiembre de este año. Pero la mayoría no me gustaban ni tampoco tenían plaza por la mañana, sobre todo una de la que ya os hablé que utilizan la crianza con apego y Montessori no oficial. Pero nos tuvimos que conformar con una que quedaba relativamente cerca (a un km y medio cuesta arriba y sin buses, todo a patas).

Empezó el jueves, treinta minutos llorando. (Ay! Qué penita). El lunes hizo una hora, nos dijeron que lloró cuando nos separamos pero después estuvo jugando solo y observando a los otros niños. Este martes, sólo medio lloró al entrar, después no quería marcharse. Y mañana toca una hora y media. A ver qué tal.

Y con tan poquito tiempo de separación, incluso nos ha ido mejor para nuestra relación. Hoy sólo tuvo una pataleta pasajera. Le dedico más tiempo y de mayor calidad después de su siesta. Vemos menos la televisión. Me siento con más vitalidad y con más paciencia. Ahora tengo un poquito de tiempo para mí, y cuanto más tiempo esté en la guardería más tiempo tendré para la casa y para buscarme un trabajo y poder contribuir a la economía familiar. Y cuanto este con Peque podré darle toda mi atención, cariño y paciencia.