miércoles, 25 de marzo de 2015

Empezando la guardería

Después de estar vacilando durante varios días, incluso diría que semanas. Hemos decidido que Peque comenzase la guardería.

Cada vez tenía más paciencia, me enfadada con más facilidad, estaba desfallecida, amargada,... Y Peque tres cuartos de lo mismo, cada vez más rabietas, explotaba con más facilidad, hacia lo que le daba gana y yo ya no le ponía impedimentos ni le reñía. La mesa, sofá, paredes, suelo, muebles, y varias cosas rotas son testigos.

Dormíamos juntos, comíamos juntos, nos duchábamos juntos, íbamos al baño juntos, paseábamos juntos, nos enfadábamos juntos, nos tirábamos al suelo juntos, jugábamos juntos,... Creo que ya lo vais entendiendo.

Pues ya había mirado hacía varias meses las guarderías para que empezasen en septiembre de este año. Pero la mayoría no me gustaban ni tampoco tenían plaza por la mañana, sobre todo una de la que ya os hablé que utilizan la crianza con apego y Montessori no oficial. Pero nos tuvimos que conformar con una que quedaba relativamente cerca (a un km y medio cuesta arriba y sin buses, todo a patas).

Empezó el jueves, treinta minutos llorando. (Ay! Qué penita). El lunes hizo una hora, nos dijeron que lloró cuando nos separamos pero después estuvo jugando solo y observando a los otros niños. Este martes, sólo medio lloró al entrar, después no quería marcharse. Y mañana toca una hora y media. A ver qué tal.

Y con tan poquito tiempo de separación, incluso nos ha ido mejor para nuestra relación. Hoy sólo tuvo una pataleta pasajera. Le dedico más tiempo y de mayor calidad después de su siesta. Vemos menos la televisión. Me siento con más vitalidad y con más paciencia. Ahora tengo un poquito de tiempo para mí, y cuanto más tiempo esté en la guardería más tiempo tendré para la casa y para buscarme un trabajo y poder contribuir a la economía familiar. Y cuanto este con Peque podré darle toda mi atención, cariño y paciencia.


1 comentario:

¡Muchisisisisísimas gracias por tu comentario, me hace una ilusión tremenda!