lunes, 27 de octubre de 2014

Mala madre, mala madre, mala madre

Hoy no voy a hablaros de mi madre, como se que a muchas os gusta (jejeje). La madrina de Peque ha decidido venir a verlo cada lunes de casi cuatro horas. Y hoy ha sido uno de esos lunes.

No ha parado de regañarme por querer dar cariño a mi hijo. No ha parado de darme lecciones sobre como educar a mi hijo, a pesar de no tenerlos ella. Y no ha parado de decirme que todo esos consejos me los decía desde la experiencia, pues si, de que te paguen cuidado niños, unas pocas horas al día, y no pasar las veinticuatro horas del día con Peque desde que nos "soltaron" (después de la semana que pasó en la UCI cuando nació).

Primero nos salieron en el parque (ella, su hermano, y su madre; el hermano es el padrino), después volvimos a casa y estuvo jugando con él en la alfombra mientras yo me encargaba de preparar algo de cenar y los demás hablaban entre ellos. Me senté en el sofá y Peque quiso alejarse de su madrina para venir conmigo pero ella lo retuvo "no, ahora estás conmigo" le dijo mientras lo apretaba, "vamos a ver el álbum de fotos" pero el niño ya estaba cabreado y lloroso, hizo un aspaviento, un rompió una página del álbum, le reñí, le riñó y se echó a llorar. Lloraba y lloraba mientras ella lo seguía reteniendo. Yo veía que sufría y ella no lo dejaba marchar. "No lo toques, es bueno que llore", pero ¿para quién? Porque ni para él ni para mí lo era. "Yo también sufro viéndolo llorar, no te creas que no sufro pero esto lo hago por experiencia y lo ponía el otro día en la supernany". Por fin lo soltó, y se vino a llorar a mi lado pero le habían puesto la tele, pasmó un momento y se le olvidó.

Después entre ella y su madre me dijeron que tenía que enseñarle, hacer un sitio de pensar o yo que sé. Y le digo "¿con qué lo ato a la silla? ¿con correas?" Que los niños son muy listos, que aprenden rápido. Que tenía que darle premios diarios con caritas sonrientes y a final de semana darle un premio. Y yo pensando, "pero ¿qué me dices? Si no se acuerda ni de lo que comió como para acordarse de que siete caritas significa un premio". Pero son de esta gente que te repiten las cosas, una y otra vez, y que siempre llevan razón. Que saben más que los demás y ¿yo?

Pues soy una mala madre, mala madre, mala madre. A ver si repitiéndolo tres veces se me va la ansiedad que me provocan con sus enseñanzas y que me hacen creer que soy una mala madre cuando lo único que pretendo es darle consuelo a mi hijo entre mis brazos, darle opción de elegir lo qué quiere, y tratar de no obligarlo a hacerle cosas que no quiere*. Y esto es lo que me espera cada lunes, y un nudo en el estómago se me forma.

Gracias por leerme.

*(claro que si coge un berrinche en medio de un paso de peatones porque lo llevo agarrado de la mano, no lo voy a soltar).