jueves, 17 de abril de 2014

¡Menuda nochecita!

En sus más de siete meses y medio de vida no ha cogido ni un catarro. Y no será porque no se lo pusimos fácil, yo he estado resfriada tres veces durante este invierno y su padre con una de esas gripes que te deja tumbado pero el tío resistía. Pero fue ir a la piscina y contagiarse de otra niña que la pillo de otro niño,... y así andamos. La pescadilla que se muerde la cola. Estaba inmunizado a nosotros pero no a otros (¡agh! una de las muchas razones que no me gustan las guarderías siendo pequeño; aunque hay padres a quienes no les queda más remedio *carita de pesar*).

Pues a lo que iba, no me he podido dormir hasta las 6 de la mañana, sólo llegaba a la primera fase de sueño cuando los gritos y llantos me volvían a medio despertar. El pobrecito se le atascaba la nariz y se ponía super nervioso por no saber respirar por la boca. Pero se me ocurrió ponerle (sí, a eso de las 6 de la mañana) un poco de "SINUS" en el pecho del saco de dormir y algo debió funcionar porque pudimos dormir hasta el día siguiente, eso sí, ¡a los 8 despierto como un reloj! No vaya a ser que se le pase la hora del bibe.

-Anécdotas de mi madre: Le conté la noche que había pasado y su respuesta fue, "así estuve yo durante meses y meses cuando te salieron los dientes". ¡Caramba! ¡Ni que tuvieses más de 100 dientes!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Muchisisisisísimas gracias por tu comentario, me hace una ilusión tremenda!